São Paulo es un monstruo. Enorme, intimidante y, al menos a primera vista, sin gran belleza. Es una ciudad difícil de dominar para el viajero y que parece no valer la pena.
São Paulo es un monstruo. Enorme, intimidante y, al menos a primera vista, sin gran belleza. Es una ciudad difícil de dominar para el viajero y que parece no valer la pena.